Pulsera de Turquesa de Hubei
HISTORIA DE LA TURQUESA
La pulsera de turquesa de hubei ha sido apreciadas en muchas culturas importantes de la antigüedad por sus tonalidades. Las Turquesas han adornado a los gobernantes del Antiguo Egipto, a los incas, moches, chimúes, aztecas (y posiblemente otras culturas mesoamericanas precolombinas), a los persas, Mesopotamia, Civilización del valle del Indo y China desde al menos, la Dinastía Shang.
A pesar de ser una de las gemas más antiguas y probablemente la primera en ser introducida a Europa a través de Turquía,
Los aztecas incrustaban turquesas junto con oro, cuarzo, malaquita, azabache, jade, coral y conchas en objetos posiblemente ceremoniales, tales como máscaras (algunas de las cuales tenían como base una calavera), cuchillos y escudos.
Las Gemas de mayor calidad, en la forma de nódulos compactos son encontradas en Yunxian y Zhushan, en la provincia de Hubei
PROPIEDADES DE LA TURQUESA NATURAL
La pulsera de turquesa de Hubei es una pulsera sanadora muy eficaz que ofrece bienestar al cuerpo y espíritu por lo que es considerada una piedra protectora que ha sido usada como amuleto desde tiempos remotos. Esta pulsera de turquesa natural Fomenta la sintonía espiritual y potencia la comunicación con los mundos físico y espiritual.
La turquesa de Hubei Puesta sobre el tercer ojo potencia intuición y, sobre el chacra garganta, libera inhibiciones y prohibiciones. Es una piedra de purificación, disipando las energías negativas y la bruma electromagnética y alinea todos los chacras con los cuerpos sutiles.
Psicológicamente es una piedra que fortalece y, mentalmente infunde calma interna a la vez que te mantiene alerta. A nivel emocional estabiliza las alteraciones del estado de ánimo aportando calma interna.
Puedes usarla colocándola en cualquier lugar pero será especialmente útil sobre la garganta, tercer ojo o plexo solar. Además, como elixir, es fantástica.
LIMPIEZA Y CUIDADO
La turquesa es muy susceptible al daño y la decoloración. Incluso un detergente para trastes suave puede dañar la piedra. Apégate a usar un paño húmedo.
Retira cualquier suciedad o mugre no deseada. Si la turquesa está muy sucia, esto puede tomar algo de tiempo. Sin embargo, no sumerjas la turquesa en agua para acelerar el proceso. Esto puede dañar la gema.
Limpia suavemente cualquier exceso de agua que quede en la turquesa. Si dejas que el agua se asiente sobre la turquesa la puede dañar, así que es vital secarla después de limpiarla.
Nunca dejes que la turquesa se seque al aire libre ni uses calor para acelerar el proceso.